Lo primero que llama la atención del Nokia Lumia 920 es su diseño. Si de una manera se puede definir al terminal de la compañía finlandesa, a pesar de poder sonar simple, es de bonito. Su acabado es precioso: en términos de diseño, el Lumia 920 podría jugar en grandes ligas.
El dispositivo está hecho con dos piezas, eliminando todas las cosas superfluas y con mucho cuidado al detalle. Querían hacer algo que pareciese sólido, “humano” (existe un vídeo en el que el diseñador responsable Marko Ahtisaari analiza su diseño), en el que se equilibrase lo físico y lo digital. Realmente el acabado cumple todos esos propósitos, aunque el terminal es un poco más pesado que lo es habitual entre los dispositivos inteligentes de última generación. Aunque, en eso tiene razón Ahtisaari, parece menos débil que sus competidores: la primera vez que lo tienes en la mano no tienes esa sensación de que si se cae al suelo se romperá en mil pedazos, como sucede con otros terminales más estilizados.
El diseño es además colorista (una estrategia que Nokia ya empleó en sus últimas series de terminales y que destacó incluso en la presentación de su dispositivo ) y conjuga bastante bien con el aspecto moderno del sistema operativo (porque de muchas cosas se puede acusar a Windows Phone, pero no de que su diseño no sea distinto a lo que se estaba haciendo).
El sistema operativo es, sin embargo, lo que pone más problemas al dispositivo. ¿Quién quiere ser pionero de un SO? El número de aplicaciones está todavía lejos de las listas inmensas de apps para Android o iOS y, aunque algunas de las claves ya están para el SO, siguen faltando algunas. Igualmente también es necesario reeducarse en cierto modo, porque Windows Phone no es exactamente igual que los otros sistemas operativos móviles. Su página de inicio aporta más información y – aunque en la redacción de TICbeat hubo quien se quejó por este cambio – en realidad el desconcierto ante lo nuevo no tiene porqué durar mucho. Al final, lo que se ofrece, es bastante intuitivo.
Una cámara potente
Uno de los elementos más destacados durante la presentación del terminal hace unos meses fue la potencia de su cámara. Y (a pesar de las polémicas posteriores) la cámara es realmente muy buena. Las imágenes se captan con una definición espectacular y sin mucho esfuerzo por parte del usuario final. No hay que ser un fotógrafo avezado para que la foto salga mínimamente regular.

Una foto cualquiera desde la ventana de nuestra redacción con el terminal
La cámara tiene tecnología Pure View, que ayuda a captar imágenes aunque el entorno no sea el más adecuado (como sucede en la foto que hicimos desde la ventana de la redacción) y aunque tiemble el pulso.
El terminal cuenta además con otras innovaciones propias de Nokia, como la divertida Vista Urbana (se puede ver que hay en la ciudad – e incluso más allá, que desde nuestra redacción situamos la torre Eiffel y los kilómetros que nos separan), la apuesta en realidad aumentada de Nokia. El dispositivo viene igualmente equipado con algunas propuestas propias de Nokia, como su servicio – muy completo – de mapas.